Walka: nació en plena pandemia y hoy exporta a España

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Julia tiene 26 años, es licenciada en administración de empresas y es la creadora de Walka, un emprendimiento de velas de soja y home decor.  

Dos meses después de recibirse, Julia se fue a Barcelona para realizar un posgrado. Este viaje, “sirvió para cortar con la vorágine de la rutina en la que vivía trabajando de día y cursando de noche”. Cuando llegó a Barcelona, Julia empezó a crear su hogar, “lo que hasta ese momento pensaba que era un simple fanatismo por los aromas y las velas se empezó a transformar en algo más serio al darme cuenta que llegar a casa y encontrarme con mis olores preferidos era algo fundamental”. Estando allá, intentó comprar velas en marcas super comerciales y conocidas pero nada la convencía. “todavía no había sucedido todo el boom de los emprendimientos y las únicas opciones eran esas”.

Paralelamente, en el posgrado, Julia aprendió acerca de la importancia de generar una cultura ética dentro de las organizaciones, no solo por la reputación o prevenir riesgos, sino que aprendió que las organizaciones que velan por hacer las cosas bien son más sostenibles a lo largo del tiempo. “Siempre tuve claro desde la facultad que en un futuro me imaginaba emprendiendo o siendo independiente, tengo el ejemplo de mi papá que tiene una consultora y es un apasionado de su trabajo. Es por esto que el posgrado me sirvió para ir imaginando los valores que quería que tenga mi futuro emprendimiento”.

Estando en Barcelona, Julia tuvo la posibilidad de viajar a Marruecos y esa experiencia cambió por completo su visión acerca de los aromas y sus propiedades. “Pude probar distintos aceites, hablar con locales y entender la importancia que le dan a las plantas como medicina en el mundo árabe. Volví a Barcelona con la idea de hacer mis propias velas con los aceites que compré en ese viaje. Luego de investigar, llegué a la conclusión de que la opción más ecológica era la cera de soja. Y así fue como hice mis primeras velas para mí misma y amigas en España”.

En octubre de 2019, volvió a Argentina y siguió haciendo velas a modo de hobby. Hasta ese momento seguía buscando un trabajo en relación de dependencia, pero la situación era complicada. “En marzo de 2020 mi hermana me abrió un Instagram y hasta ese momento no había muchos emprendimientos de velas. Abrimos una tienda online y todo empezó a crecer de manera impensada. Hoy tenemos un taller propio y hacemos envíos a todo el país, también abastecemos mayoristas y exportamos a Barcelona”.

Julia decidió emprender cuando se le ocurrió un producto que hasta ese momento no existía en el mercado y que creía, y sigue creyendo, que abastece una necesidad insatisfecha. “Este producto es el kit para armar velas que inventó Walka. La idea del kit surgió del desperdicio y la bronca que me generaba tener que desechar envases de velas que me parecían lindos por el simple hecho de no poder reponerlas fácilmente. La realidad es que ponerse a comprar todos los insumos para hacer una vela puede ser complicado y costoso. Quise encontrar una solución fácil, rápida, económica y por sobre todo sustentable. Por eso se me ocurrió la idea de vender cera en una bolsa apta para microondas que ya estuviera aromatizada de manera que los clientes solo tuvieran que derretirla, volcarla en el envase y esperar a que se solidifique. Lo difícil fue encontrar bolsas que no fueran de plástico que fueran aptas para microondas. Una vez que encontré eso, lanzamos el kit que también incluye pabilo, flores secas para decorar y un instructivo completo, y fue furor. Hoy por suerte muchas marcas copiaron nuestra idea y contribuyen a que se pueda reciclar y reutilizar”.

Walka se destaca por sobre otras marcas porque le dan mucha importancia a la calidad de sus productos. “Cualquiera que los haya comprado puede decir que nuestras velas verdaderamente huelen y aromatizan ambientes”. También es importante destacar que sus productos son artesanales, hechos a mano y cada uno es único. “En todo el proceso desde las materias primas hasta el packaging, no utilizamos plásticos de un solo uso. Todos nuestros materiales son compostables y reciclamos mucho packaging de otras marcas”.

Como todo emprendedor, Julia también se enfrenta con algunas dificultades. “La mayor dificultad es que tengo poca previsibilidad en el abastecimiento de materiales. En Walka cuidamos cada parte de nuestro proceso y analizamos y cuidamos mucho a nuestros proveedores. También entendemos que muchas veces ellos también son emprendedores con dificultades y el COVID nos afecta a todos por igual. Muchas veces tuvimos que lidiar con plantas cerradas por aislamiento o problemas de logística. Al tener un manejo muy cuidado del tipo de proveedores que usamos que tienen que tener nuestros mismos valores, no es fácil reemplazarlos, pero es un desafío que afrontamos día a día”.

“Puede sonar obvio o simple pero uno de mis mayores logros o una de las cosas por las que más siento orgullo es saber que hay gente que elige mi marca”. Los comentarios que recibe de sus clientes la llenan de admiración. “Cada uno tiene una historia distinta, y muchas veces emocionan. Saber que estamos creando productos que muchas veces son regalados y elegidos para mimar a otra persona es sumamente especial”. Otro gran logro que tuvo fue haber podido llevar Walka a España. 

“Una de las cosas de las que más estoy orgullosa es el equipo de trabajo que armamos en Walka. Nos complementamos muy bien y nos hacemos muy bien”.

Julia no esperaba para nada poder vivir de este emprendimiento cuando comenzó, lo pensó más como un hobby. Tampoco pensaba que un emprendimiento llevaba tanto esfuerzo y dedicación. “Están los que piensan que tener un emprendimiento de velas es trabajar menos y la verdad es que no existen los fines de semana ni horarios de oficina. No es una queja porque amo lo que hago pero requiere una entrega absoluta”.

Su meta es poder llevar Walka a más países del mundo.

Un consejo para alguien que quiera arrancar a emprender

“¡Que se anime! Y que sea muy fiel a lo que quiere hacer, que no tenga miedo ni se deje llevar por comentarios negativos”.