La primera éclair boutique de Argentina
Choux es la primera éclair boutique de Argentina. Sus creadores, Flor y Daro, nos cuentan la historia de cómo crearon este proyecto y que fue lo que los impulsó a emprender. Flor es pastelera y Daro, chef. Se conocieron trabajando en el Hotel Alvear, “primero nació el amor, y varios años después decidimos arrancar juntos con Choux”, cuentan.
Antes de incursionar en el mundo pastelero, Flor, supo ser diseñadora gráfica, “pero ya desde entonces, mientras estudiaba diseño dividía mi vida entre el diseño y la pastelería, que la ejercía de modo amateur porque jamas había estudiado”, pero de a poco se metió en ese mundo y comenzó con su primer emprendimiento de pastelería: You Love Cupcakes, “allá por los 200 cuando los cupcakes fueron furor en Buenos Aires”, cuenta.
Flor dividió por muchos años su vida entre ambas profesiones hasta que se decidió a estudiar Pastelería Profesional en el IAG. “Después de recibirme entendí que realmente era lo que amaba, abandone el diseño y me dispuse a encontrar un trabajo en una pastelería 5 estrellas para poder vivir desde adentro lo que era trabajar en un equipo de pastelería profesional”, cuenta. Logró entrar de ayudante de pastelería en el Hotel Alvear y comenzó una larga carrera profesional que la llevó a ser jefa de pastelería y en el transcurso llenarse de aprendizaje y herramientas para hoy tener su local.
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Desde siempre tuvo la idea de tener un local de pastelería, o por lo menos desde que vendió sus primeros cupcakes en una feria del secundario. “Pero como todos sabrán poner un local y encima gastronómico no es tarea sencilla, así que necesiten de muchos años de capacitarse, aprender y sobre todo encontrar esa persona con la que iba a poder llevar a cabo ese sueño”.
Flor soñó con varios tipos de locales de pastelería, pero la idea concreta de la boutique de eclairs la tuvo en un viaje a París ya cuando trabajaba como pastelera en el Hotel, donde consigo Les Eclairs de Genie: el local de Christophe Adam, uno de los chefs más reconocidos de Francia. “Recuerdo entrar a su local y quedar flasheada ante tanta belleza y originalidad, porque si bien en Francia un éclair es un producto tan común como acá podría serlo un alfajor, él lo llevó a otro nivel, creando un local exclusivo de eclairs y tratando a cada uno como una joya única”. Durante su estadía en el país, Flor cree que visitó su local cada día para probar los sabores y admirar una vez más esa belleza, y compro el que era en su momento su primer libro, un libro dedicado 100% dedicado a los eclairs, algo que hasta ese momento no existía.
Daro y Flor
“De todos modos, cuando hice ese viaje, hacía pocos meses que trabajaba como pastelera en el hotel, que era otro sueño hecho realidad, así que por el momento tenía pensado seguir creciendo profesionalmente y dejar mi sueño del local para un poco más adelante”.
Después de cursar dos años de la carrera de kinesiología en la UBA y sentir que no era realmente lo que le gustaba, Daro, decidió comenzar a estudiar cocina, algo que desde chico siempre le había atraído.
Comenzó la carrera de chef profesional en el instituto OTT College “y a medida que pasaron los días me sentí cada vez más seguro de la decisión que había tomado, ya que era algo que realmente disfrutaba hacer y me apasionaba”, cuenta Daro. Luego de tres años se recibió de chef internacional y técnico gastronómico, pero lo más importante de eso es que mientras cursaba fue haciendo pasantías, que se transformaron en experiencias laborales y le facilitó mucho la salida laboral una vez recibido porque contaba con más experiencia.
Mientras estudiaba, Daro tuvo sus primeras experiencias laborales en caterings y luego trabajó de la mano de Luciano García en su pastelería. Después de ahí comenzó a trabajar en el Hotel Alvear, “donde con los años pasé de ser ayudante de cocina a jefe de partida en el turno noche”. Por último, estuvo trabajando un año en el nuevo hotel de la familia Alvear: Alvear Icon en el restaurant Kayla ubicado en el piso 31 Kayla.
Una vez que ambos sintieron que era el momento, renunciaron a sus respectivos trabajos y emprendieron un viaje a Europa con el objetivo de “además de disfrutar de unas merecidas vacaciones, nutrirnos de las tendencias pasteleras de Francia, Londres y España”.
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Y así, una vez que volvieron pusieron todas sus energías en comenzar Choux, “que por el momento aún no tenía nombre, pero sí teníamos en claro que queríamos ser la 1era Eclair Boutique de Argentina”.
“Desde ese momento hasta hoy el camino no fue fácil, nada fácil. Tal como lo habíamos leído una y otra vez en notas y entrevistas a colegas, emprender no es fácil, y en Argentina pareciera que menos. Solo el hecho de encontrar un local que se adaptara a nuestras necesidades, presupuesto, zona, etc. nos llevó un año, y eso recién era el principio”. Después vino la obra, el equipamiento para la cocina, el diseño, el logo, los infinitos permisos y habilitaciones, y las mil y un trabas que surgen a cada segundo.
“Mientras buscábamos un local nos dedicamos a auto-capacitarnos en la técnica del eclair, que es algo dificilísimo si buscas que te salgan perfectos, y nosotros no queríamos menos que eso”. Fueron meses y meses de prueba y error, frustraciones y pensar que no iban a poder lograrlo “y aun hoy hay días que traigamos tandas enteras porque no nos conforma como salieron”.
El éclair es un producto que necesita técnica, exactitud y práctica. “El éxito depende de encontrar el pesaje exacto de cada ingrediente, de buscar la fórmula adecuada para tu horno, de manguear cada uno de ellos perfectamente a mano, y ahi recién estamos hablando de la masa, después vienen los rellenos, los baños, las decoraciones. Cada pieza es una obra de arte”. Sumado a esto el eclair es un producto que se tiene que producir el mismo día que va a consumirse, “ese es el motivo por el cual abrimos a las 15hs y contamos con stock limitado, porque cada mañana estamos trabajando realizando los eclairs del día, sin excepción”.
Su boutique, además de ser el único local dedicado 100% a la elaboración de eclairs de la Argentina, se caracteriza por ofrecer un producto de categoría europea, usan materia prima de primera calidad, chocolate belga, pulpas de frutas naturales y materiales e ingredientes importados para lograr un producto de excelencia.
“Para nosotros era igual de importante que el producto, el aspecto del local, y el packaging”. Venían hacía meses y meses viendo y recolectando ideas que querían llevar a cabo para que los eclairs tuvieran el espacio que se merecen y que toda la experiencia fuera mágica”.
“Sin duda, por más difícil y agotador que haya resultado el proceso, todo vale la pena cada día que llegamos a Choux y vemos nuestro local tan bello y amado; y cada tarde que llenamos la heladera de éclairs y suspiramos ante tanta hermosura, y sentimos que logramos eso que tanto deseábamos y por momentos parecía imposible. Así que por más trillado que suene, nuca dejes de perseguir tus sueños y de trabajar para lograrlos, porque el día que lo logres todo va a tomar sentido, y vas a entender que cada cosa que viviste, tanto las buenas como las malas, son las que te trajeron a este lugar”.
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