El nuevo negocio que surgió con la pandemia: las exposiciones virtuales. 

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Tres empresas locales desarrollaron plataformas para que las ferias y misiones comerciales se puedan seguir haciendo por internet. Una situación con miles de personas que entraban y recorrían las exposiciones, pegados uno al lado del otro y hablando con todo el mundo, será algo que quede para otra etapa, cuando la pandemia ya haya quedado atrás.

Pero los vínculos personales para hacer negocios, así como la necesidad de contar con muestras de productos y servicios siguen siendo una necesidad en las cadenas de valor empresarial. En ese enorme mercado que la pandemia dejó vacante es donde tallan los eventos virtuales. Una variante del negocio, en muchos casos desarrollados por empresas que se dedicaban a eventos presenciales y que se quedaron sin trabajo de un día para el otro. 

Arket diseñaba y construía stands en exposiciones nacionales e internacionales. Bajo el liderazgo del arquitecto Carlos Marinic, fue fundada en 1990 y desde ese momento trabajo en 2.700 proyectos, en más de 100 ciudades de 30 países. Para hacerle frente a la situación, generó la plataforma de inmersión virtual EVI, que permite a los visitantes recorrer el espacio, creando una experiencia interactiva, con recorridos de 360 y recorridos libres. 

La plataforma EVI pone énfasis en el desarrollo tecnológico que permite recorridos, interacciones como llamadas telefónicas punto a punto, links de todas las redes sociales, videos en LOOP y transmisiones en vivo, con speakers y chat, así como rondas de negocios por medio de inteligencia artificial, Según dijo Marinic, ya programaron más de 30 eventos desde la pandemia. 

“La manera de hacer negocios ha cambiado y sigue cambiando día a día, pero no cambió la necesidad de conectar gente. Este recurso es muy efectivo, económico y solo hay que coincidir en tiempo, ya no en espacio”, concluye. 

Big Jonan es otra de las empresas que se ocupaba del diseño de los stands en exposiciones y ahora sustituyó parte de su actividad con eventos virtuales. 

“La idea es que la experiencia resulte lo más idéntica posible a la de un evento presencial, tanto para el expositor como para el visitante”, afirmó el dueño, Jonatan Basmatzian. Diseñan los distintos ambientes, que incluyen salas de networking, rondas de negocios, y un salón auditorio para charlas, congresos y capacitaciones. 

“Al ingresar te encontrás con la fachada del lugar, con un lobby y pabellones con stands personalizados. Una vez dentro, el visitante puede interactuar vía chat o a través de una videollamada. También proporcionamos enlaces directos con la web de cada expositor, flyers, descarga de catálogos y carritos de compra”, explica.

Hoy trabajan con Fundación INDECO, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Expo Presents, PropTech Latam y la revista Panorama Minero, entre otras. 

La buena noticia de los eventos virtuales en relación con los físicos es que la cantidad de visitantes es ilimitada. A su vez, el ingreso a la plataforma a través de medios digitales deja atrás la imposibilidad de participación por cuestiones geográficas, y es sumamente inclusivo. “Según nuestra experiencia personal, acorde a cada evento se puede calcular entre 70% y 100% más visitantes que en una exposición presencial convencional”, dice Basmatzian.

La tercera empresa que se dedica a esto es Naiades. Antes tenían puesto el foco en marketing, comunicación y branding. “En marzo, con la cuarentena y la cancelación de nuestro calendario regional de eventos y acciones offline para todo el año, tuvimos el desafío de reinventarnos, al menos parcialmente” explicó su CEO Jimena Paez Reboa. “Ya realizamos 20 eventos virtuales, con hasta 2.500 asistentes a la vez”.