5 historias sorprendentes de emprendedores que crearon negocios millonarios

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Tres de cada cuatro pequeñas empresas que emprenden una aventura comercial no llegan a cumplir los dos años de vida. De las sobrevivientes, muy pocas siguen existiendo al quinto año. Y aún son menores las que terminan convirtiéndose en proyectos tan exitosos como para generar una fortuna. Pero esas son las grandes excepciones que suelen inspirar a quienes tienen el sueño de crear algún día su propio negocio.

En ese mundo de quienes lograron sacar adelante una idea hay historias tan sorprendentes como la de un par de jóvenes – Larry Page y Sergey Brin – que un día en 1998 alquilaron un garaje para inventar un buscador en internet que terminó convirtiéndose en Google. Pero claramente no todos los días se inventan Google, Facebook o Apple.

Sin embargo, más allá de los gigantes tecnológicos y las exitosas historias de startups en Silicon Valley, hay personas comunes y corrientes que desafiaron las predicciones negativas de su entorno y el miedo por endeudarse antes de desarrollar una idea empresarial.

Porque si algo se suele repetir entre los emprendedores exitosos, es que sus proyectos suelen parecer un fracaso antes de despegar. Y, sin quitarles mérito, lo cierto es que casi siempre existe una especie de “golpe de suerte” que les acaba dando el empujón, además del apoyo financiero necesario para mantener vivo el proyecto.

Estas son algunas de las muchas historias sorprendentes sobre emprendedores que crearon millonarios negocios. 

Flavio Augusto, el latinoamericano que se hizo millonario usando el teléfono público de un aeropuerto

Flavio Augusto

Cuando tenía 19 años consiguió un trabajo vendiendo cursos de inglés por teléfono y, si bien no había visto uno en su casa, decidió que eso no sería un impedimento para lograr su objetivo.

Flavio Augusto da Silva vivía en Rio de Janeiro y sus padres no tenían línea telefónica. Es que en el Brasil de 1991 eso era un lujo. Su familia no contaba con los US$960 que valía la instalación del servicio y, aunque hubiesen tenido el dinero, había una lista de espera de dos años. 

Como los celulares seguian siendo un artefacto casi futurista para la mayor parte de la población, Da Silva tuvo que buscar una solución para poder hacer su trabajo. 

Entonces se le ocurrió la idea de utilizar los teléfonos públicos que existían en el aeropuerto de Santos Dumont y transformar el terminal área en su nueva oficina.

Hoy el emprendedor tiene su propia escuela de inglés, Wiser Education, con ventas anuales de US$113 millones. Y su fortuna personal está estimada en US$300 millones. 

“No tengo ninguna duda de que encontré mi destino en ese aeropuerto”, dice el empresario. 

Maria Hatzistefanis creó un millonario negocio usando “veneno de serpiente y sangre de dragón”

Maria Hatzistefanis

Veneno de serpiente y sangre de dragón, no son probablemente los primeros nombres que asociaría alguien con una línea de productos cosméticos para la piel.

A pesar de eso, siempre hay alguien que decide hacer una apuesta comercial de riesgo. Este fue el camino escogido por Maria Hatzistefanis, luego de estar muchos años en el negocio de la belleza.

Un día pensó que sus productos debían tener nombres más osados y aunque podría haberle salido mal, la estrategia funcionó. No solo provocó un debate, sino que además, hizo que la demanda por sus productos se fuera al cielo.

Sus dos marcas, Rodial y Nip+Fab tienen numerosos distribuidores alrededor del mundo, incluyendo grandes empresas y pequeños sitios online que venden directamente a los consumidores. Se estima que las ventas anuales de ambas llegan a cerca de US$28 millones.

 

Como tres jóvenes pasaron a crear un sitio de citas llamado YouTube a ser millonarios consultores de negocios

Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim

Lo que hoy conocemos como YouTube nació como un espacio para que hombres y mujeres compartieran en video quienes eran y a quien buscaban en el amor.

Los padres del sitio, Steve Chen, Chad Hurley y Jawed Karim, registraron el nombre del portal el Día de San Valentín de 2005 y poco tiempo pasó para que los tres aceptaran que su idea fue un fracaso.

En ese momento resolvieron olvidarse de lo de las citas y abrirlo para cualquier video, según explicó Chen hace un par de años en una conferencia en Texas. Y fue un gran acierto.

Apenas pasó un año en octubre de 2006 los tres jóvenes hicieron el negocio de sus vidas: vendieron la plataforma a Google por US$1.650 millones.

Y Chen, Karim y Hurley quizás no consiguieron citas en 2006, pero disfrutan del giro que dio su romántica idea y sus consejos son muy bien valorados en los negocios tecnológicos.

 

Rupert Hunt, creador de SpareRoom: el empresario divorciado que fundó un millonario de negocio con las habitaciones vacías de las casas

Rupert Hunt

A Rupert Hunt, creador de un sitio web para alquilar habitaciones en una casa compartida, la vida le guardaba una sorpresa: un día él mismo usará el servicio. 

Hunt tenía 29 años cuando en 2004 lanzó SpareRoom, como una alternativa para facilitar la búsqueda de habitaciones disponibles en casas compartidas en Londres. Y esperaba que la mayor parte de los interesados fueran estudiantes o jóvenes veinteañeros. 

Pero años más tarde, cuando tenía 38, se separó de su esposa y se dio cuenta uqe no quería vivir solo. Fue en ese momento cuando por primera vez se convirtió en cliente de su propia empresa. 

“Estaba divorciado y extrañaba estar acompañado en la casa” cuenta. Hoy, con 46 años, Rupert todavía vive en una casa compartida y asegura de que está lejos de ser el único profesional de esa edad que vive de esa manera. 

Actualmente la empresa SpareRoom está disponible en Reino Unido y Estados Unidos, y asegura que más de 11 millones de personas visitan la web mensualmente. 

 

Payal Kadakia: la joven que se puso el desafío de inventar una empresa en dos semanas y terminó creando un millonario negocio

Payal Kadakia

¿Se te ocurriría una buena idea de negocios en apenas dos semanas? Ese fue el desafío que se propuso Payal Kadakia en 2010, cuando tenía 27 años y quería renunciar a su trabajo en el mundo corporativo para lanzarse a su propia aventura comercial.

En esa época, trabajaba para el sello discográfico Warner Music en Nueva York, y después de unas vacaciones en California tuvo la idea de fundar su propio negocio.

“Había ido a San Francisco y conocí a varios emprendedores”, cuenta Payal ahora. “Pensé… ‘que tal si se me ocurre una idea’, y entonces me puse como plazo dos semanas”.

Afortunadamente para ella, la inspiración llegó en apenas 36 horas. Entusiasta del baile y el acondicionamiento físico, Kadakia se dio cuenta que no era fácil reservar una clase de ballet en Nueva York.

“Visite seis sitios web diferentes y no pude saber que clase era la adecuada para mí”, relata. “Había pasado una hora y aun no podía reservar nada”. Entonces se le ocurrió la idea de crear un sitio web que recopila en un solo lugar todas las clases de danza y gimnasia disponibles en la ciudad. Ella le cobraría una comisión a los gimnasios y centros de danza por cada clase reservada.

Después de seis meses de investigación, abandonó su empleo en enero del 2011 y se puso a trabajar en la primera versión de ClassPass. La empresa asegura haber realizado cerca de 60 millones de reservas a través de su sitio web y de su app.

Al mismo tiempo, dice que trabaja con 14.000 gimnasios y centros de danza y otros sitios en su sistema de reservas. Aunque no revela su nivel de ventas anuales, la firma consiguió un capital de inversionistas externos (incluyendo Google) por US$173 millones.