Carolina Herrera, como llegó a las pasarelas internacionales

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Al ser una diseñadora tan admirable, hemos decidido homenajearla por ser uno de los nombres más aclamados de la moda mundial, por ser la diseñadora de origen hispano más exitosa del mundo y por ser un icono de la elegancia y el buen gusto. Conozcamos más de la vida de Carolina Herrera a continuación:

Primeros Años

Foto: Carolina en su infancia | vía Soycarmin.

Nació como María Carolina Josefina Pacanins Niño en Caracas (Venezuela), el 8 de enero de 1939. Es una de las cuatro hijas de una familia cuyas raíces en el continente se remontan al siglo XVI. Su padre, Guillermo Pacanins, fue un pionero de la aviación que se desempeñó como gobernador de Caracas y como Ministro de Asuntos Exteriores del país. Su madre (María Cristina Niño Passios) y abuela eran mujeres elegantes que viajaban regularmente a París para tener sus vestimentas hechas en las grandes casas de diseño de BalenciagaLanvin y Dior, cosa que le sirvió de inspiración temprana para seguir una carrera en la moda.

Su juventud transcurrió en el entorno de la alta sociedad Caraqueña de los años cincuenta, bajo la tutela de una institutriz. Sus padres eran bastante estrictos; tenían una casa muy organizada y disciplinada. Había un momento adecuado y una forma correcta de hacer todo. De pequeña, aprendió a coser para confeccionar ella misma la ropa de sus muñecas, pero a medida que fue creciendo dejó de interesarle, puesto que no lo hacía tan bien; en lugar de eso se convirtió en una lectora voraz. Su madre le decía que tenía que ser culta, que tener una vida interior fructífera era muy importante, que la belleza era lo primero que debía ir, pero que si no había nada dentro de ella, se iba a sentir muy sola.

Foto: Carolina Herra a los 18 años junto a su primer esposo | vía soycarmin.

Carolina se casó a la edad de dieciocho años con un joven de otra familia de la alta sociedad venezolana, Guillermo Behrens Tello. Con él tuvo dos hijas, pero el matrimonio terminó después de menos de una década, lo que la convirtió en la primera mujer de su familia en optar por un divorcio y eso resultó en un bochorno para su círculo. Se devolvió a la casa de sus padres con sus hijas y durante un tiempo trabajó como publicista para el diseñador italiano Emilio Pucci. Esto desmiente la teoría de que empezó a trabajar a los cuarenta años y que siempre fue un ama de casa.

Foto: Carolina en su juventud | vía El Estímulo.

Adopción del apellido “Herrera”

Pronto, renovó su relación con Reinaldo Herrera Guevara, a quien había conocido cuando era niña; él también procedía de una familia venezolana acomodada e incluso tenía sangre real y títulos nobiliarios españoles: era Marqués de Torre Casa, título que le fue revocado en el año 1992. Después de su matrimonio, en 1968, la pareja fue protagonista del jet-set caraqueño, pues Reinaldo, que había sido presentador de televisión, se movía en esos círculos. Tuvieron dos hijas, que vivieron con ellos y con las otras dos hijas del primer matrimonio de Carolina en una hacienda propiedad de la familia de Reinaldo en la parroquia La Vega (Caracas), construida en 1590, es una de las casas más antiguas del hemisferio occidental.

Foto: Carolina y Reinaldo Herrera | vía soycarmin.

A sus treinta años, Carolina Herrera comenzó a aparecer regularmente en las listas internacionales como una de las socialités mejores vestidas, y en 1980 ella y su esposo se mudaron a Nueva York con sus niñas. Allí, Reinaldo comenzó a trabajar como uno de los editores de la revista Vanity Fair y comenzaron a codearse en círculos sociales importantísimos del arte y la cultura neoyorquina, que les valieron amigos como la princesa Margarita de Gran Bretaña y el artista conceptual Andy Warhol, entre otros.

El diseño como revelación tardía

A sus cuarenta años, Carolina consideró por primera vez crear algún tipo de negocio relacionado con la moda y pensó en el diseño de telas. Una vieja amiga de la familia, Diana Vreeland, editora icono de la revista Vogue por esos años, le sugirió hacer una línea completa de ropa. De modo que Herrera, en el otoño de 1980, llevó a Nueva York cerca de veinte vestidos diseñados por ella. Pidió prestado el apartamento de Park Avenue de un conocido e invitó a sus amigos para que vieran la exhibición.

Foto: Carolina Herrera en torno a los 30 años | vía Analítica.

Proveedores para algunas tiendas minoristas de moda lujosa de la ciudad se interesaron por toda la línea, pero ella no tenía compañía y no había manera de producirla para todos. Así que, de regreso en Caracas, acordó con Armando de Armas (dueño del Bloque de Armas y magnate de medios de comunicación impresos en Venezuela) la impresión de sus catálogos y bocetos y, un par de meses después, un atelier de diseño, Carolina Herrera Ltd., abrió sus puertas en la Séptima Avenida de Nueva York. Su primera colección completa se mostró en el Metropolitan Club de Nueva York en abril de 1981.

Foto: Carolina en torno a los 40 años | vía Analítica.

Inició un negocio pequeño, con sólo una docena de empleados, pero este creció rápidamente. Las socialités que la conocían se convirtieron en sus primeras clientes fieles, como la magnate Estee Lauder y la ex primera dama de los Estados Unidos, Jacqueline Kennedy Onassis, para la cual diseñó todos los vestidos que usó en sus últimos diez años de vida. Aunque esto la catapultó como a nadie, las revistas especializadas de moda le hicieron duras críticas, lo cual le sirvió de aprendizaje para mejorar y convertir su marca en el imperio de la moda que hoy es y que le supone una fortuna personal que supera los 1.000 millones de dólares.

Foto: Carolina en 2007 | vía Wikipedia.

La ropa de Herrera marcó tendencia en la década de 1980. Fue una de las primeras en usar hombreras, pues creía que los hombros más amplios hacían que las cinturas de las mujeres parecieran más pequeñas, y le encantaba también el uso de mangas elaboradas, que dieron muchísimo de qué hablar, a pesar de no ser tan nuevas, pues fueron una característica de la moda en la época isabelina. Lo que hizo fue adaptarlas a los tiempos modernos.

Una marca multimillonaria

Foto: Carolina y sus 4 hijas | vía soycarmin.

La compañía, que hoy posee cuatro marcas (CHCarolina Herrera New York212 y The House), disfrutó de mayores ventas después de que diseñó el vestido de novia para Caroline Kennedy en 1986. Amplió su negocio para incluir no sólo su línea prêt-à-porter y los artículos hechos a la orden para grandes mujeres, sino también trajes de novia y una línea de menor precio para el consumo masivo.

En 1988 puso en marcha una línea de fragancias con un aroma basado en la flor de jazmín, en memoria de un arbusto que floreció fuera de su dormitorio en Caracas cuando era una adolescente. Años después, contrataría a Puig, una compañía de cosméticos española, para producir su línea de fragancias que se convirtió en un gran éxito. Entre estos perfumes están “CH” (para hombre y mujer) y los famosos “212” y “212 Sexy”. Su hija menor, Carolina Herrera de Baez, ha estado a cargo de esta parte fundamental de la compañía desde entonces.

Foto: Desfile de invierno de Carolina Herrera en la Semana de la Moda de New York de 2014 | vía Wikipedia.

En 1990, después de una década con su negocio, las cifras de venta al por mayor alcanzaron los veinte millones de dólares y, para celebrar esto, Carolina dirigió la apertura de una nueva sala de exhibición de lujo en la Séptima Avenida de Nueva York. Ella ha admitido que la industria de la moda es difícil, y señala que la mujer moderna tiene cada vez más urgentes preocupaciones, y eso se expresa en su vestimenta. Dice que la moda en el pasado significaba que se debía tener el coraje de llevar algo diferente para expresar una personalidad individual, pero dentro de los límites establecidos por las normas formales de la elegancia y el estilo. Y que hoy en día la gente quiere ser libre de usar lo que le gusta, cualquier combinación que le guste y que no haya reglas que seguir; pero que al final todos terminan buscando exactamente lo mismo.

Foto: Perfume CH de Carolina Herrera para mujeres | vía nettbee.

También ha sido muy sincera acerca de sus habilidades para la costura, acerca de que tiene un buen ojo para la proporción, para mezclar telas, y para las formas, pero no para cortar o coser (normalmente, el trabajo de costura de los grandes diseñadores suele estar delegado o tercerizado). En ese sentido, se apoya en un equipo multidisciplinario de asistentes que ejecutan sus bocetos en un proceso formal de producción. Suele estar inspirada en pintores, jardines o música, pero también ha asegurado que consigue inspiración en la vida cotidiana, en mirar a las mujeres a su alrededor. Su propio estilo de vida y sus visitas periódicas a los minoristas de lujo en las principales ciudades de Estados Unidos para presentar sus nuevas líneas ayudaron a que sus creaciones también adquirieran un sentido comercial.

Foto: 212 Sexy, uno de los perfumes más exitosos de la casa Carolina Herrera | vía tetengoelregalo.

En 2000, Herrera abrió su primera tienda ubicada en la Avenida Madison de Manhattan, y expresó su deseo de ampliar su negocio hacia Europa. Dos años después abrió su primera boutique fuera de Nueva York, una boite ubicada en el exclusivo barrio de Salamanca de Madrid.

Opina que dirigir una empresa de gran éxito como la suya puede hacerse durante una semana normal de trabajo. Ha afirmado que nunca trabaja más allá de las cinco de la tarde y que le queda tiempo para caminar una hora y visitar su natal Caracas de vez en cuando. Dice que es triste sólo trabajar, que el trabajo es algo importante para la vida pero que no debe ser la vida entera. Asimismo, ha expresado su escepticismo antes las redes sociales en cuanto al uso personal de las mismas, aunque le parece que son útiles para los negocios.

Frases célebres de Carolina Herrera

  1. “La profundidad de una persona no se mide por la huella que deja al pasar sino por la distancia que abarca su mirada”.
  2. “Quiero que las mujeres se vean realmente como las mujeres de hoy. No como las del pasado y no como las del futuro, porque no sé lo que pasará en el futuro. La mujer de hoy es la que yo creo que es: una mujer seductora”.
  3. “La elegancia y el estilo no tienen nada que ver con el dinero”.
Carolina Herrera es un nombre que al ser escuchado, inmediatamente transmite elegancia y empoderamiento femenino. Es un ejemplo a seguir para todas las mujeres emprendedoras y también para hombres que luchan por seguir sus sueños.