Agus Vives, la pastelera «siempre al limite»

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Ella es Agus Vives, madre de Emilia y Justina y pastelera profesional. Empezó a emprender hace 4 años «un poco por vocación y otro poco por necesidad». Su cuenta de instagram  hoy tiene más de 74 mil seguidores y una comunidad que no para de crecer.

Desde su instagram no solo vende tortas, sino que también se contacta con gente de todo el país “y de otros también, una locura”, donde comparte sus recetas, trabajos y ocasionalmente hace vivos hablando de los puntos más comentados en sus posteos y mensajes que recibe.

“Gracias a este ida y vuelta con entusiastas, aprendices y profesionales de la pastelería, es que hoy en día tengo +70k de seguidores y seguidoras que me bancan en todos mis pasos, proyectos, aciertos y desaciertos”, explica Agus. “La confianza que me generan me permitió dar el siguiente paso con otros dos emprendimientos, para así llegar a más gente y seguir fortaleciendo la comunidad”, continúa. 

 

Agus llegó a ser pastelera gracias a las mujeres de su familia que siempre tuvieron buen ojo y mano, sobre todo en la cocina. “Mi mamá y mi abuela tuvieron siempre la mejor predisposición para enseñarme a cocinar. Nos encanta recibir gente en casa y la comida es el centro de atención”.

Su etapa profesional comenzó a los 21 años cuando se recibe de pastelera y comienza con pasantías. Más adelante, tuvo 2 locales, se lanzó como emprendedora de 3 proyectos “por ahora” y en el medio fue formando su familia. 

“La pasantía que más me marcó fue la del Hotel Alvear (La Bourgogne), donde aprendí en primera persona las exigencias del rubro”.

A los 24 años, gracias al esfuerzo y apoyo de su familia, puso “Pour Toi”, su primera pastelería en Recoleta. “Me encantó ver que la gente volvía y volvía, ahí aprendí sobre la importancia del vínculo con los clientes. La cerré años después para seguir mi segundo sueño, abrir un restaurante en Miami”.

Ya con 26 años y luego de un arduo proceso para sacar la visa de trabajador, abrió Palmetto, un Healthy Food en Miami, donde incorporaba muchos productos salados destinados al gusto americano. “Por suerte me fue muy bien, viví tres años de eso, pero la familia me pudo. Había nacido Emilia y sentía que necesitaba vivirlo con mi familia en Bragado”. 

 ‘Con todo lo aprendido y recién cumplidos los 30, creé mi mejor y más satisfactorio emprendimiento, AGUSVIVESBAKES”. La emprendedora que fue fruto de una crisis personal, “sentía que me había alejado bastante de la pastelería y mis orígenes”. Cuando volvió de Estados Unidos, siendo madre, divorciada y sin trabajo, se le ocurrió empezar a vender desde su casa. “Gracias a la experiencia adquirida y que traje algunos equipos de Palmetto, más los que habían quedado de Pour Toi, solo tuve que prender el horno y ponerme a cocinar”.

Agus explica que si bien un restaurante tiene mas salida, la maternidad le cambió los horarios y encontró la forma de estar en su casa con su hija y a la vez, poder trabajar.

“Así fui creciendo, y, hoy en día tengo mi propio Cake Room, le digo yo, que es un departamento donde empecé cuando volví que acondicioné solo para cocinar. También lancé con mi novio VÖNA ALFAJORES, que está en pausa por inclemencias del Covid, pronto a volver, y recientemente sumé un canal de venta de utensilios para la pastelería, CIEN.GRAMOS”.

La inspiración a emprender nació de la necesidad de mantener a su hija y volver a sentirse útil. “Venía de estar de lleno dedicada a mi hija y necesitaba volver a encontrarme como emprendedora”.

Lo que la diferencia a Agus es la espontaneidad. “No me considero la mejor pastelera ni me gustaría hacerlo. Me encanta aprender todo el tiempo de otros y ver cómo voy mejorando con el tiempo. En mis redes voy creciendo y hago parte a todos mis seguidores de mi crecimiento. De todos aprendemos algo, si es nuestra vocación”.

“Ser emprendedor te da mucha libertad, pero puede resultar muy traicionero. En la pandemia tuve la dificultad de afrontar mucho tiempo sin ingresos y quedarme sin eventos masivos. Si bien uno se reinventa, hoy en día no es lo mismo. Se pierden los eventos empresariales o las fiestas multitudinarias que representan los ingresos que hacen la diferencia”.

Logros en su vida emprendedora tiene dos, que pueden considerarse uno mismo. “El primero es ser reconocida en el interior (a 200 km de Buenos Aires) con la dificultad que conlleva no poder acceder a la multitud que hay en una gran ciudad, sumado a la falta de insumos, o el encarecimiento de los mismos por el transporte. 

El segundo es haber sido invitada a hacer el postre en la mesa de Mirtha Legrand dos veces. Para mi fue una de las puertas más grandes que se me abrieron, y se me abrieron muchas más, pero llegar desde el interior a un lugar así es muy reconfortante”.

Lo que no se esperaba cuando empezó con el proyecto fue la repercusión. Comenzó vendiendo tortas pero los seguidores y las cientos de preguntas que le hacían la llevaron por un camino diferente. “Me di cuenta que amo la cocina! Amo compartir, enseñar y ver como me mandan fotos diciendo – me quedó divino con tu receta -. Todo me llevó por un camino que no esperaba y hoy confirmo que soy feliz enseñando y compartiendo, más que vendiendo”.

 

Un consejo para alguien que quiera empezar a emprender

“No sean consumistas. Muchas veces vemos a colegas, o en la tele, que necesitas de lo mejor para ser el mejor. Es mentira. Necesitás ganas y esfuerzo. Te lo ejemplifico. Tuve dos restaurantes muy bien montados y jamás me fue tan bien como desde mi casa. Yo pensaba que para vender tenias que tener lo mejor, pero eso es para el afuera. La realidad es que uno necesita conocerse, saber cuál es el mejor producto que puede ofrecer y lanzarse. Si tu producto es bueno, con tiempo y dedicación se va a dar a conocer solo.