Madre e hija convirtieron su tiempo libre en un emprendimiento: Baires Home

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Irene y Carola son madre e hija y juntas crearon Baires Home. Carola es emprendedora, fotógrafa, trabaja en el rubro eventos, Irene es profesora de Programación Neuro Lingüística (PNL) y biodecodificadora de síntomas y emociones. 

Cuando comenzó la pandemia todo cambió de manera vertiginosa. Decidieron aprovechar ese tiempo libre y resignificarlo a su favor. Así fue como en Agosto del 2020 decidieron adentrarse en el mundo emprendedor creando Baires Home

Comenzaron produciendo velas y hoy tienen varios modelos y además fueron sumando objetos de decoración, difusores, bomboncitos aromáticos, entre otras cosas.

Carola tiene armado su lugar de trabajo en Vicente López y agregó en su oficina el taller de velas dedicándose 100% a la venta de productos online.

La marca Baires Home surge a raíz del nombre Baires Photobooth, el primer emprendimiento de Carola, que ofrece servicios de fotografía creando un mini estudio en el lugar de la fiesta para darle un toque diferente y que los invitados se diviertan tomándose fotografías para luego llevárselas impresas como souvenir. Cuenta con un equipo de trabajo con quien ofrece edición en vivo y fotos de alta calidad.

Actualmente imprime fotos en diferentes formatos y calendarios que le encargan sus clientes y fusionaron ambas marcas para ofrecer paquetes de velas y fotos. 

Una de las grandes frustraciones que tienen como emprendedoras es la inflación del país. “Hoy nos encontramos con que los valores de la materia prima de la vela cambian semana a semana y es muy desalentador estar modificando constantemente los valores de cada producto.

Hicimos muchas pruebas hasta lograr que las esencias perduren en las velas para lograr un producto de excelente calidad si bien somos conscientes que siempre podemos seguir mejorando. Tuvimos una gran satisfacción cuando a raíz de la venta de una vela llegó el pedido de una compra al por mayor de velas para el souvenir de una boda. Y algo que nos sorprendió fue que varias novias al enterarse de nuestro emprendimiento se convirtieron en clientas”, cuenta la emprendedora.

“Pretendemos que con cada vela que se encienda se genere un espacio de calma, de conexión con lo más sublime de la persona, de paz interior y también de festejo alrededor de una pequeña llama que da mucha más luz de la que imaginamos”.

Lo fundamental para ellas fue mantenerse constantemente con la mirada fija en la meta para evitar venirse abajo con cada dificultad que se presentaba y convertirla en aprendizaje.

“Aprendimos a fluir, a tener mucha paciencia y más constancia aún, a que si el miedo nos quería frenar, la mejor manera de superarlo es atravesándolo y que cada piedra en el camino es un desafío a vencer que nos abre a una oportunidad asumiendo que cada día es un aprendizaje”.